El andariego almanaque ha ido anidando “nieves” y recuerdos en las cabezas románticas de otros tiempos.- El tiempo aquietó la mirada y los bríos.- Algo temblorosas ya, las manos, desfiguran variaciones en el fuelle de la vida que se va ajando lentamente… dejando “piantar” sus notas.- La música como el amor es un sentimiento que late muy dentro del corazón y al igual que las flores sus aromas deleitan hasta su último día.-
Recordando algunos hombres que hicieron grande al tango, en sus mejores años, con su vida y su alma, y a manera de homenaje a todos aquellos autores, compositores e intérpretes Tangueros, les escribo una tramo central del tango, justo hoy ante el rechazo de la gran mayoría de la juventud por nuestro ritmo ciudadano, conocido en todo el mundo y casi ignorado en Argentina, a tal punto que se lo difunde únicamente ante alguna fecha que el paso del tiempo todavía no ha logrado borrar (Ej.: la muerte de Gardel y a cuenta gotas en los días que se realizan en Bs.As., los mundiales de bailar tango o algún otro hecho aislado y/o fortuito.-
Empiezo por la hombres de la “La Cumparsita”, porque concentra la influencia mística del tango.- Más allá de su melodía, es una agraciada obra plástica y elástica que puede aprisionar todas las inspiraciones de valor artístico permitiendo el lucimiento de las habilidades de cada ejecutante de orquestas típicas.- No recuerdo otro que se pueda equiparar en difusión y por eso “La Cumparsita” es el tango de los tangos, no obstante pudo haber quedado olvidado entre miles.- Pero sucedió que los años le fueron dando una distinción, que a paso de tortuga tomó un cuerpo imposible de encasillar e invadió tierras lejanas, con culturas totalmente diferentes y algunas casi desconocidas, digamos de “mundos” distintos a nuestras orillas del Río de la Plata.- La Cumparsita se “disfraza” en cada orquesta, que agregan al pentagrama original un “prólogo” que puede arrancar con versos, o compases clásicos, pomposos, enérgicos, lúgubres, jubilosos y hasta liricos, traveseando con los límites de cada instrumento, para retozar en las variaciones del “fuelle” o del piano, hipnotizando un final en el vibrar de los violines, más todas las posibles notas musicales que están dentro de este tango bajo el paraguas de un compás marcado por el contrabajo.- El abominable prejuicio de nacionalidades, justamente en Argentina, país abierto a todos los hombres de la tierra, con iguales derechos de guarecerse en el poncho argentino y donde bajo su calor se forjara un gran pueblo en paz y en libertad, precisamente en nuestra patria que se le rinde culto a lo extranjero, se refugia un resentimiento de malquerencia contra muchas personas de países hermanos de América, como también de otros pueblos del mundo.- Y este botarate de razonamiento con una pueril condena nos arrastra a que nos cueste aceptar que es un tango compuesto por un uruguayo, Gerardo Hernán Matos Rodríguez, nacido en Montevideo (28-marzo-1897), que siendo universitario en 1916, la escribió a priori para una barra de la “Federación Estudiantes de Uruguay”, que integraban una comparsa de carnaval, quienes le dieron su nombre.- También se ha escrito que tenía poco de tango y casi nada de marcha, por lo cual varios estudiantes le pidieron a R. Firpo que él la arreglara para que sea un tango y además debía ser para esa noche ya que un tal Matos Rodríguez la necesitaba.- Firpo con la partitura en mano, vio que la primera hoja tenía poco en 2×4 y casi nada la segunda, pero ducho buscó un piano y agregó unos tramos de dos temas suyos de 1906 “La Gaucha Manuela” y “Curda Completa” (Que no tuvieron ningún éxito) completando la obra, que estrenó esa misma noche con gran auge.- Luego Firpo viajó a Bs.As., haciéndola escuchar en el bar “Iglesias”, para grabarla posteriormente.- Estos hechos todavía hoy, dan lugar a muchas polémicas en cuanto a la autoría.- Por su lado R. Firpo, el resto de su vida se lamentó de NO haberlo firmado en conjunto.- Y Matos Rodríguez que se llevó todos los aplausos y elogios en calidad de autor, por “4 monedas” que quemó en el hipódromo de Maroñas, la entregó a la Casa Breyer, que la archivó, quedando en el olvido.- Recién en 1924, en París, se entera que su obra había sido rebautizada bajo el nombre de “Si Supieras” por P. Contursi y E. P. Maroni (Los versos los cantó el uruguayo Juan Ferrari), para esto C. Gardel ya la había grabado.- M. Rodríguez regresó a Bs.As., e inició un dilatado juicio por los derechos de autor, que recién terminó en octubre de 1948, previa mediación de Francisco Canaro.- Pero Matos había fallecido el 24-abril-1948.- El Becho también compuso “Che papusa oí” (1927) versos de E. Cadicamo, “La Muchacha del Circo” (1928) y le puso música a los versos de “Mocosita” de V. Soliño, que grabó C. Gardel, disco que NO se difundió.- En sainete musical con libro de Ivo Pelay hizo “La Cumparsita” en 1932.- Con un abrazo milonguero los saluda Alcides Ferrari (prodtango@hotmail.com)
ni que haya soportado más polémica a propósito de sus bondades, y en ello, aunque no tengamos siempre la valentía de confesarlo, hubo un factor preponderante: porque el tango de Matos Rodríguez era uruguayo.- Infantil objeción, estúpido razonamiento,
Roberto Firpo era primo de “El Toro Salvaje” y había nacido 13-mayo-1884 en Las Flores Pcia.Bs.As., pianista que se destacó como director de orquesta, compositor y evolucionista del tango, incorporó definitivamente el piano en las orquestas.- En 1907 junto a Juan C. Bazán en clarinete y el violinista Francisco Postiglione hizo su primer trabajo pago, nada menos que en “Lo de Hansen” les pagaron tres pesos por cada noche y podían pasar “el platito”.- Luego siguieron tocando ( muy cerca de allí) en el “Velódromo”, lugar con menos público.- Para llamar la atención a nuevos concurrentes Bazán tocaba el clarinete en la calle y sucedió que la gente que iba a “Lo de Hansen” quedaba atrapada en ese otro salón, motivo por el cual fueron nuevamente contratados pero esta vez pagándoles dos pesos para cada uno por noche.- Con el tiempo la conocida llamada del clarinetista pasó a ser la parte inicial del tango “La Chiflada”.-
A Roberto Firpo que le costó doscientos pesos la compra de su primer piano, contó que una noche de 1916, trabajando en Montevideo en el café la Giralda, se apersonó un señor junto a unos cuanto jóvenes estudiantes para comentarle que habían hecho una “marchita” y querían que él la arreglara para que sea un tango y además debía ser para esa noche ya que un tal Matos Rodríguez la necesitaba.- Firpo pronto vio que la partitura en la primera hoja tenía muy poco en 2×4 y casi nada en la segunda, pero ya ducho buscó un piano y recordando dos temas suyos compuestos en 1906 (“La Gaucha Manuela” y “Curda Completa” sin ningún éxito) poniendo unos tramos de cada uno completó la tercera hoja y esa misma noche junto a Deambroggio y Roccatagliatta lo estrenó con un éxito jubiloso.- Todos felicitaron a Matos Rodríguez, pero rápidamente quedó en el olvido el tango que tiempo más tarde al incorporarle la letra de Enrique Maroni y Pascual Contursi pasó a ser “El tango de los tangos” La Cumparsita.-
ni que haya soportado más polémica a propósito de sus bondades, y en ello, aunque no tengamos siempre la valentía de confesarlo, hubo un factor preponderante: porque el tango de Matos Rodríguez era uruguayo.- Infantil objeción, estúpido razonamiento,
Roberto Firpo era primo de “El Toro Salvaje” y había nacido 13-mayo-1884 en Las Flores Pcia.Bs.As., pianista que se destacó como director de orquesta, compositor y evolucionista del tango, incorporó definitivamente el piano en las orquestas.- En 1907 junto a Juan C. Bazán en clarinete y el violinista Francisco Postiglione hizo su primer trabajo pago, nada menos que en “Lo de Hansen” les pagaron tres pesos por cada noche y podían pasar “el platito”.- Luego siguieron tocando ( muy cerca de allí) en el “Velódromo”, lugar con menos público.- Para llamar la atención a nuevos concurrentes Bazán tocaba el clarinete en la calle y sucedió que la gente que iba a “Lo de Hansen” quedaba atrapada en ese otro salón, motivo por el cual fueron nuevamente contratados pero esta vez pagándoles dos pesos para cada uno por noche.- Con el tiempo la conocida llamada del clarinetista pasó a ser la parte inicial del tango “La Chiflada”.-
A Roberto Firpo que le costó doscientos pesos la compra de su primer piano, contó que una noche de 1916, trabajando en Montevideo en el café la Giralda, se apersonó un señor junto a unos cuanto jóvenes estudiantes para comentarle que habían hecho una “marchita” y querían que él la arreglara para que sea un tango y además debía ser para esa noche ya que un tal Matos Rodríguez la necesitaba.- Firpo pronto vio que la partitura en la primera hoja tenía muy poco en 2×4 y casi nada en la segunda, pero ya ducho buscó un piano y recordando dos temas suyos compuestos en 1906 (“La Gaucha Manuela” y “Curda Completa” sin ningún éxito) poniendo unos tramos de cada uno completó la tercera hoja y esa misma noche junto a Deambroggio y Roccatagliatta lo estrenó con un éxito jubiloso.- Todos felicitaron a Matos Rodríguez, pero rápidamente quedó en el olvido el tango que tiempo más tarde al incorporarle la letra de Enrique Maroni y Pascual Contursi pasó a ser “El tango de los tangos” La Cumparsita.-